Introducción al origen de Venus y su relación con los demás entes planetíticos. Capítulo II: La interacción jovianosaturnianítica
Saludos cordiales:

Algunos científicos mentalmente lateralizados consideran que existen satélites pequeños que crean estas divisiones (como la de Cassini o la de Encke). Esto es un error apocalíptico: dos satélites no son suficientes para crear la división de Cassini, debido al efecto de combinación multiple másica, que provocaría violentas perturbaciones caóticas en dos satélites de masas parecidas y acabaría destruyendo los anillos de Saturno y oligándoles a alejarse del planeta a la velocidad de la luz. Aunque esas lunas pequeñas existen, es la existencia de la divisíón de Cassini la que permite su existencia: el vacío obliga a ocupar ese hueco con masa y los satélites se repelen, ya que están en una zona muy particular del espacio con antigravedad normalizada. Las fuerzas de vacío desplazan a los satélites, pero intenta apartarlos. Son las leyes de la dinámica Maxwell-Einsteniana de vacío las que obligan a los satélites a repelerse entre sí, pero al separarse una nueva distancia, la gravedad se hace positiva y los satélites vuelven a atraerse. Venus fue el verdadero causante de la creación de la división de Cassini, ya que es necesario para su formación la descentración gravitacional de la materia homogeneamente distribuida por el efecto descompensador de una gran masa planetaria de evolución trayectorial caótica.
Téngase en cuenta que los efectos antigravitatorios normalizados tienen lugar con cierta frecuencia en el Sistema Solar, lo que sucede es que ahora están cada vez más localizados en puntos muy concretos de éste (principalmente en el interior de las líneas de campo magnético de los planetas jovianos, -a excepción de Neptuno, que es un remanente de un núcleo solar de una estrella con protoformación descompensatoria radial- y en algunos misteriosos satélites de planetas exteriores). No ocurre el mismo efecto de la división de Cassini en otros planetas como Júpiter, Urano y Neptuno, ya que sus anillos son líneas de campos magnéticos destruidas que han sufrido una rematerialización parábolo-infinita.

Representación: configuración semiordenada del sistema solarítico tras la interacción de protovenus consigo mismo tras la captura de su atmosfera, en la cual los colores representan enlaces entre átomos de glabundio con sus contrapartidas vaciriales en dimensión fraccionaria.
Posteriormente, el paso cercano a Júpiter, posterior a la interacción saturniana, serviría, contra todo pronóstico, a estabilizar las órbitas de los satélites galileanos (a excepción de Io, que casi acaba destrozándose por disolución vacirial). Precisamente la atracción de Júpiter sirvió para evitar la catástrofe. Venus llegó a sumergirse algo en la turbulenta atmósfera de Júpiter pero sin llegar a colisionar contra éste, debido a su alta velocidad de escape. Aunque el satélite Venus no contaba con una atmósfera inicialmente, al aproximarse a Júpiter su gravedad capturó parte de la atmósfera de este enorme mundo, razón por la cuel Venus cuenta hoy en día con una atmósfera densa, que ejerce una presión de 90,000003 bares sobre su superficie.
Atentamente,
Paulino.
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